MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA
El estar incursionando en la docencia, lo traigo en la sangre, mis docentes de primaria jugaron un papel importante en mi decisión, principalmente mi proyección de ser docente la alimentó un matrimonio que me impartió clases a partir del tercer año de primaria, cuarto y sexto, y fue con ellos mismos que se organizó el evento de clausura. Estos docentes aún siguen en mi memoria, y algunas veces he tenido la oportunidad de saludarles. Me encantaba la imagen personal que conservaban, el ejemplo de pareja, de padres que me proyectaban, y siempre pensé: algún día seré como ellos, y al igual me casaré con un profesionista. Con ellos, me tocó ir a un concurso de examen de conocimiento a nivel zona, y ellos diariamente por las tardes me citaban a su casa para explicarme la guía de estudio, diariamente estuvieron atentos en darme seguimiento y de esta forma prepararme para dicho concurso. También me llevaron junto con otros compañeritos a un concurso de bailable igual a nivel zona, quedamos en el segundo lugar (Este baile lo puse a unos estudiantes de los Bachilleratos en donde laboro, como me gustó mucho, aún lo recuerdo completito), y aun conservo las fotos con ellos que fueron tomadas después del evento, el trofeo quedó en la escuela, nos pidieron a los participantes que pusiéramos nuestro nombre en la parte de atrás para que algún día supieran quién y con qué maestro se había ganado. Siempre me elegían para declamar poesías, ya sea individuales o corales, teatro, además de bailar en cada evento que se acostumbra festejar, la fecha del día 10 de mayo, día del niño, y en las clausuras. Esto a mí me encantaba, y mi madre me regañaba ya que me decía que a lo mejor no era que los maestros me eligieron, sino que yo era la primera en levantar la mano. Con ellos es también en donde oí la palabra tesis, por cierto, recuerdo que me atemoricé saber que tenía que elaborar un tipo libro al terminar tus estudios profesionales y de ahí te pondrían un examen.
En esta etapa de tercero a sexto, es donde recuerdo que mi deseo por algún día ser docente nació y crecía cada vez con más intensidad, pero docente con esa entrega y esa sensibilidad por el otro, que solo en ellos podía ver. En mis estudios de primaria, Hubo otros docentes antes que éstos, pero recuerdo que llegaban borrachitos, incluso uno de ellos no tenía un brazo, porque en un accidente automovilístico salió volando del auto (En estado de ebriedad) y es aquí en donde le amputan el brazo, usaba una prótesis, la cuál causaba mucha inquietud en mí y en mis compañeritos, otro maestro llegaba temprano, pero se iba directamente al baño y ahí se quedaba dormido, por un buen rato.
Recuerdo que mi madre me compraba cuadernos de 100 hojas, por cierto, los he buscado, pero ya no los he encontrado, colores marca blanca nieves, un saca puntas de conejito y un morral que me encantaba, yo disfrutaba tanto este tipo de cuadernos que con el uso se expandía (Se hacía gordito), aún estando en casa tomaba una silla grande por mesa y una pequeña en la que me sentaba, y me gustaba realizar planas completas de las vocales, con letras minúsculas y mayúsculas, yo misma me ponía tareas, el chiste era ver mi cuaderno como se iba expandiendo con el uso, se me acababa pronto y me compraban otro.
De ahí opté por jugar con mis hermanitos menores a que yo era la maestra, los sentaba en sillitas pequeñas frente a una mesa, tenía una lata vieja y un pedazo de madera para tocar la campana antes de salir al receso, y al regreso de las clases. Lo que más me gustaba era revisarles sus planas de las vocales, con un diez que ocupaba casi toda la hoja, con el que calificaba el maestro en el que me proyectaba, y practiqué su diez hasta que me salió igual como él lo hacía. Yo siempre peleaba el papel de docente, y siempre me imponía ante mis hermanitos. Me gustaba exigirles a mis hermanitos, igual como lo hacía aquel maestro con nosotros en la primaria. Me gustaba aprenderme las poesías y declamarlas frente a mis hermanos.
La etapa de la primaria guarda muchos recuerdos importantes en mi vida, y la verdad al terminar y que dejaba a mis maestros, no lo asimilaba, y deseaba que en donde estudiara la secundaria y la prepa ellos siguieran siendo mis docentes. E incluso esa pareja impartía clases en una preparatoria particular (Hasta la fecha), y yo deseaba irme a estudiar ahí para que siguieran siendo mis docentes.
Al terminar la secundaria yo quería estudiar danza en el Puerto de Veracruz, por ser la ciudad en donde estaba la escuela y además en mi tierra, pero eso significaba irme a vivir sola al Puerto, cosa que mi madre no estuvo de acuerdo, mi hermano (De formación Antropólogo y Sociólogo, docente de secundarias en el DF, actualmente difunto), es el que me motiva y me apoya para que nos fuéramos a la Ciudad de México a lograr nuestros sueños con un familiar sacerdote. En el transcurso de la preparatoria realicé mis prácticas profesionales en una primaria, me encantaba sentirme docente, que mis padres y mis familiares vieran lo que yo podía ser y hacer, aún sin terminar la preparatoria, al concluir el nivel medio, mi mente saltaba en cuatro áreas maravillosas para mí, Educación Física, Psicología, Profesora de Español, o Danza Contemporánea. Saqué ficha en la UPN, AJUSCO en Administración Educativa y en la Normal de Maestros que está o estaba en el Metro Rosario, DF, para presentar el examen en la especialidad de español, en la Escuela Superior de Educación Física (ESEF), pero una vez que chequé el periódico y vi que había pasado el examen de admisión en la UPN, AJUSCO, elegí quedarme en ésta. Posteriormente dejé la carrera de Administración para que con la misma matrícula estudiara Psicología Educativa, cosa que me aceptaron y salté de gusto, mi idea era terminar antes esta última y luego Administración, pero la vida me llevó a decidir por lo otro. Estudiando en la UPN, trabajé en un Programa de Solidaridad llamado: FEDERACIÓN DE ESCUELAS POPULARES (FEESPO), y consistía en pedir libros casa por casa, dicho Programa se encontraba operando en todas las Delegaciones del DF, una vez que recolectábamos muchos libros, nos íbamos a captar escuelas primarias y secundarias para formar las bibliotecas, o en caso de que contaran ya con ellas, dotárselas de libros, cuando íbamos a trabajar en las bibliotecas, no faltaba el Director que nos diera algún grupo debido a que su docente estaba ausente y lo atendíamos, recuerdo que cuando me tocaba trabajar con niños de primaría me volvían loca pidiéndome permiso a cada rato para salir al baño, cosa que me desesperaba porque llegaba uno y otro. Solo oía decir maestra, maestra… Yo siempre me dije, jamás seré docente de primaria.
A la mitad de mis estudios profesionales, una amiga de mi hermano se jubiló y me dejó 22 horas de Geografía en la Escuela Secundaria Diurna No. 15, “Albert Einstein”, en la Colonia un Hogar para nosotros, Delegación Miguel Hidalgo. Pero por algunas cuestiones renuncié, lo cuál mi hermano en vida nunca me perdonó, siempre me decía que estuve loca al hacerlo, que si era consciente de lo que eso significaba que había cien personas detrás de mí que querían esas horas. Mi hermano falleció en el 2001, él tenía 42 horas en tres escuelas del DF y todo parecía indicar que me quedaría con sus horas, dos de sus directores al enterarse de su muerte, me llamaron por teléfono por si me interesaba en esas horas, ellos llevarían mi propuesta que porque a mi hermano le había costado mucho trabajo lograrlas, uno de estos directores, es mujer y le tuve mas confianza le dije que por el momento no me interesaba y que en cinco años le molestaría. Ella sigue como directora y hasta la fecha guardamos comunicación. A partir de la muerte de mi hermano (Mi guía y ejemplo en todo), me sentí sola en el DF, ya no le encontraba sentido, y cada que me encontraba con estudiantes que portaban el uniforme me detenía a mirarlos, lloraba y me alejaba de ellos.
Ya en el último semestre de estudios de la UPN, impartieron un diplomado sobre educación intercultural, por influencia de algunos amigos me acerqué a el, nos dijeron que era para radicar en comunidades originarias de los estados, y que se requería de disponibilidad para irse, cosa que me dije: ¡soy de aquí!, no quería ser ya docente en el DF, pero si docente, y que mejor que lejos del lugar que me recordaba a mi hermano en cada instante. Y es así como el día 15 de octubre me incorporo a la plantilla docente de los BACHILLERATOS INTEGRALES COMUNITARIOS (BIC’s), y sigo aquí, con el impulso de que si mi hermano pudiera darse cuenta estaría feliz, porque estoy en algo que a él le encantaría, por su formación. Este subsistema me ha hecho Psicóloga, Pedagoga, Antropóloga, Socióloga. Este subsistema es mi vida, he decidido quedarme en el. Mi expectativa es que estudiaré una maestría en terapia familiar, debido a la importancia que es el dominar estos conocimientos en el medio en el que me desenvuelvo, además de que la RIEMS exige que implementemos el programa de apoyo de tutorías, y que por plantel haya un orientador educativo. Y esa soy yo.
Estoy sumamente satisfecha de ser asesora investigadora de los BIC’s, en nada me arrepiento el haber dejado mi trabajo en la secundaria. Me he posesionado muy bien de mi papel como docente, lo he asumido con orgullo, satisfacción y la fortaleza que me da el estar incursionando en una área para lo cuál fui formada. Considero tener un poco de experiencia en el trato con estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria, y en éste último es donde me siento mejor, porque es como si yo fuera la que va a dar el salto del nivel medio al nivel superior, cada vez que hay egresados.
El tener la oportunidad de trabajar en más de una comunidad originaria del estado de Oaxaca, me hace sentir viva, pero también me siento un poco decepcionada por la realidad que vive cada joven, de hecho lo he platicado con ellos, que la escuela es algo de fuera, no es propia de la comunidad, y por lo que la mayoría de los jóvenes no es su prioridad estudiar, sino emigrar a otros lugares del País, o EE: UU. Les motiva más cuando ven regresar a sus paisanos con sus “trocas” (dijeran ellos) que ser un profesionista, también dicen que sus padres han salido adelante desde hace 500 años, y que no han necesitado la escuela, lo que es peor, que cuando me dicen eso, se que lo están diciendo porque de verdad así lo están sintiendo, yo les he dicho que eso piensan en este momento, pero que en lo posterior se van arrepentir, y que no quisiera que fueran de esas personas que se lamentan y dicen si yo hubiese hecho caso de estudiar, etc.… pero a lo mejor ya sea demasiado tarde.
Ya casi escribí un capítulo del libro, pero créanme compañeros que fue saliendo espontáneamente.
Saludos y suerte!